Y AÚN DICEN QUE FALTAN MÉDICOS
 

Dr. Juan Benedito Alberola

Presidente del SIMAP (Sindicato de Médicos de Asistencia Pública)

Publicado en Diario Médico el 16 de noviembre de 2010

Continúan diciendo que faltan médicos. Sin embargo, todavía hay médicos en paro de la Bolsa Histórica de licenciados anteriores al 95 generados por una muy deficiente gestión de la formación de médicos con plétora de licenciados y escaso número de plazas de formación de especialistas. Y los licenciados posteriores al 95, donde en teoría deberían estar adecuados los titulados y las plazas de formación, en la práctica sobreviven por diversos mecanismos. Todos llamados a desaparecer si se quiere fidelizar a los médicos al Sistema Nacional de Salud.

El primero de ellos son los nombramientos de facultativos para la prestación de servicios de atención continuada creados por la Ley de Acompañamiento de 1997 en su artículo 54 donde textualmente se dice que el personal así designado no ocupará plaza de plantilla ni adquirirá en ningún caso la condición de titular en propiedad. Como su cese se produce en el momento en que varíen las circunstancias que determinaron su nombramiento y la asistencia sanitaria a la ciudadanía nunca dejará de ser necesaria las 24 horas de día y los 365 días del año asistimos a la inefable figura de un eventual indefinido. Cabe destacar que la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público no contempla esta figura, y a pesar de ello, más de tres años después de su promulgación se continúan utilizando estos nombramientos. Hay que pensar en la tremenda frustración que sufren estos médicos que tras 10-12 años de formación sólo realizan trabajo nocturno.

El segundo de ellos es el nombramiento para trabajo a tiempo parcial. Faltan médicos, dicen, y los que hay los utilizan para media jornada. Además, también tienen vocación de indefinidos, pues en el baremo para cualquier oferta de empleo definitivo o temporal cuando tienen una duración superior a los tres años se les da una discriminación positiva y puntúan más. Por otra parte y también de forma inefable realizan obligatoriamente jornadas de guardia y/o atención continuada. El mundo administrativo está en clara contradicción con el mundo laboral de la empresa privada que prohíbe taxativamente en el la Ley del Estatuto de los Trabajadores la utilización de estos trabajadores para horas extraordinarias o complementarias salvo condiciones muy rígidas limitativas.

El tercero de ellos consiste en proporcionar a los facultativos que se han formado por el sistema MIR, un programa para formar médicos asistenciales, de forma subsidiaria contratos laborales de investigación que son utilizados por los médicos como forma provisional y transitoria de subsistencia hasta que puedan realizar alguna actividad asistencial. Es lógico pensar que los médicos con vocación investigadora deben utilizar la vía académica de las facultades de medicina para su progresión profesional y curricular. Aunque es clásico aceptar que todo médico tiene una triple faceta asistencial, investigadora y docente, no es difícil de comprender que cuando predomina la vocación asistencial se debe utilizar el sistema formativo MIR y cuando predomina la vocación investigadora y docente se debe utilizar la vía académica.

Estos mecanismos son muy útiles a la Administración Sanitaria pues le garantizan las siguientes aberraciones laborales. La primera de ellas que aparece es la figura del médico sustituto prácticamente como categoría profesional, en clara contradicción con la legítima aspiración de que existan plantillas suficientes que no precisen de sustitutos mas que en situaciones de catástrofe y que los sustitutos sólo puedan ser extraídos del pequeño porcentaje de postgraduados que estén esperando a una oferta pública de empleo anual con tribunales por sorteo. La segunda de ellas es la aparición del médico que realiza periodo de formación MIR tras periodo de formación MIR como categoría profesional, como forma de garantizarse un puesto de trabajo. La tercera de ellas es la existencia del médico en situación laboral muy insatisfactoria que forma parte de una virtual Bolsa de Trabajo para las empresas privadas que gestionan la Sanidad Pública.

Los tiempos están cambiando, primero tuvimos que adaptarnos a pasar de ser profesionales liberales que ejercíamos la medicina de forma autónoma a ser empleados de la administración sanitaria con la aparición primero de la Seguridad Social y posteriormente del Sistema Nacional de Salud. Ahora tenemos que adaptarnos a pasar de ser empleados públicos a ser empleados de las empresas privadas que gestionan la sanidad pública. Todo cambio supone un esfuerzo adaptativo, pero esto no debe suponer una claudicación sin límites.