La  actividad de los anestesiólogos en el Hospital General de Alicante.

Dra. Amparo Moret García

Delegada del SIMAP (Sindicato de Médicos de Asistencia Pública)

Hospital General de Alicante.

                                                                                   

Publicado en Información de Alicante, 20-02-04

 

    

La disminución de las listas de espera quirúrgica continúa siendo una de las prioridades de  la asistencia en la sanidad pública, pero como si de un espejismo se tratara, ésta no se  reduce, más bien al contrario se incrementa día a día.

 

Recientemente hemos conocido que la actividad del hospital General ha disminuido en mil intervenciones, evidentemente los números hablan y ello es incuestionable. Lo importante es preguntarse el porqué de ello.

 

Como médico anestesiólogo trabajadora del hospital quisiera complementar

la información difundida y matizar algunos aspectos.

 

La escasez de médicos anestesiólogos es una realidad a nivel nacional, con sus desigualdades según zonas. La plantilla del Hospital General ha sido considerada insuficiente desde hace tiempo, por otro lado, la actividad  del  anestesiólogo fuera del quirófano se ha incrementado.

Es necesario cuantificar la cantidad de anestesias realizadas en los departamentos   radiología intervencionista, endoscopia digestiva,TAC...además de la implantación de la anestesia para fertilización in vitro y  la analgesia epidural que se realiza a simple petición de la paciente parturienta. Toda esta actividad no son intervenciones quirúrgicas, no acortan la lista de espera, pero sí  han precisado del médico anestesiólogo y no se han cuantificado.

 

La ampliación de la Unidad de Reanimación, ha permitido que se puedan realizar diariamente intervenciones de más envergadura, en pacientes críticos, que antes no se podían acometer por falta de camas. Todo ello sin incremento de facultativos de guardia.

 

La publicación y posterior entrada en vigor de la Ley de derechos e información al paciente de la Comunidad Valenciana (1/2003) y su obligado cumplimiento por parte de los profesionales puso en evidencia la escasa realización de la consulta preanestésica en este hospital, ya que no todos los pacientes pasaban para ser valorados en dicha consulta antes de ser intervenidos.  El recabar el consentimiento informado en otros hospitales no tuvo la misma repercusión, puesto que el paso de los pacientes por la misma

era lo habitual y la cumplimentación de la normativa no motivó una demanda de profesionales.  En nuestro hospital evidentemente no fue así, y el universalizar la consulta preanestésica determinó una merma de quirófanos por la mañana y por la tarde.

 

La enfermedad de varios compañeros  ha tenido escasa repercusión, porque  TODOS (plantilla y residentes) hemos hecho un esfuerzo resistiendo hasta que se han contratado más especialistas.

 

La sanidad pública tiene muy buena infraestructura y la cirugía de tardes no debe ser un plan de choque que vemos que se eterniza en el tiempo; los quirófanos deben funcionar también  por las tardes y para ello se debe contratar más profesionales, e invertir aquí el presupuesto que se deriva a otros sitios.

 

Ofertar la cirugía a hospitales privados repercute negativamente en la sanidad pública, ya que se derivan presupuestos  de por sí precariamente ajustados y por otro lado  porque las clínicas privadas realizan una selección de los pacientes, de forma que  les sea rentable y enriquecedor de modo que aquellos que no les resulten rentables (pacientes con riesgos de complicaciones postquirúrgicas y que precisen de cama de reanimación ó intervenciones complejas) son rechazados y vueltos a la sanidad pública.

 

El plan para las tardes, las mal llamadas peonadas, no es un fracaso, han disminuido porque se ha ofertado menos por parte de la dirección (el año precedente se operó en septiembre incluso) y por otro lado se han  tenido que instaurar más consultas de

preanestesia para que se pudieran intervenir los pacientes.

 

Próximamente una nueva generación de médicos anestesiólogos termine su fase de formación, sería un buen momento para ofertarles unos contratos dignos, no “contratos basura”, y que no tengan que marchar a  otras comunidades que rápidamente

los vá a absorber por darles contratos que aquí se les niegan.  Ójala la Dirección sea sensible al problema y preste un mejor servicio al ciudadano no permitiendo nuevamente  que se  marchen a otros hospitales estos profesionales aquí formado.

 

Estamos asistiendo a un deterioro progresivo de la sanidad pública, en contra de lo que los profesionales sanitarios queremos. El ciudadano tiene derecho a disfrutar de esta

sanidad pública, que es la de todos, y  a exigir una medicina de calidad en la que los resultados no queden reducidos a  simples números de intervenciones.