Dr. Juan Benedito Alberola
Presidente del SIMAP
(Sindicato de Médico de Asistencia Pública)
Publicado en El Mundo el 10 de diciembre de
2010
Tras cuarenta años de existencia desaparece el Hospital Infantil La Fe. Se trata
de una decisión de gran calado político, inmersa dentro del acontecimiento
mediático que supone la inauguración del nuevo Hospital La Fe Malilla. Cuando
ciudades como Madrid y Barcelona presumen de tener Hospitales Infantiles
centenarios, Valencia decide que no procede mantener su Hospital Infantil. El
Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid acaba de recibir el premio Promoción de
La Salud de la UNICEF, atendiendo, según esta agencia de la ONU, a “su exclusiva
dedicación a la patología pediátrica y su fuerte apuesta por la actividad
investigadora y docente”. El Hospital Infantil Sant Joan de Déu fue requerido
para proporcionar la segunda opinión médica en el caso de las niñas afectadas
por problemas en la vacunación del papiloma humano. Con esto queremos decir que
el modelo Hospital Infantil no está dogmáticamente periclitado y que existen
suficientes argumentos para mantenerlo. Renunciamos a lo que ya tenemos en aras
de una supuesta modernidad y de un supuesto aspecto científico que son, como
mínimo, controvertibles.
A lo largo de su existencia nuestro Hospital Infantil ha adquirido el mismo
renombre que los anteriormente citados de Madrid y Barcelona. En el aspecto
científico su producción tanto estatal como internacional es de una gran
magnitud. En el aspecto formativo lleva formando más de cuarenta especialistas
en pediatría a través del programa MIR establecido por el Ministerio de Sanidad.
Y en el aspecto asistencial cualquiera que haya necesitado su atención ha
quedado excelentemente satisfecho.
Desaparece, aunque todavía estamos a tiempo de reconsiderar el tema, una
Institución Sanitaria Valenciana que echaremos en falta todos, médicos y
pacientes. Entre los médicos se está produciendo una desilusión grande al
comprobar que todo lo que han hecho por levantar su hospital ha caído en saco
roto, además de pensar que en el futuro ya nada será igual. Los pacientes (los
padres de los pacientes) ya comprobarán y compararán el nuevo modelo con el
antiguo.
Todo esto se incardina dentro de la pregunta clásica que surge ante el nuevo
Hospital La Fe Malilla. Quid Prodes?. De una forma estrictamente lineal la
respuesta tendría que ser que a la sociedad valenciana a la cual prestará
asistencia sanitaria. Sin embargo, desde el SIMAP
manifestamos nuestras dudas, acerca de que el beneficio no sea otro. En este
traslado no ha habido Plan de Recursos Humanos, y se van a trasladar cerca de
8.000 trabajadores con un elevado porcentaje de ellos en la franja de edad entre
los 60 y 65 años. Tampoco a pesar de
su modernidad pionera en el mundo se ha contemplado la necesidad de instaurar
una guardería infantil para los hijos de los trabajadores, teniendo en cuenta el
elevado porcentaje de mujeres trabajadoras, y que bastantes de ellas, en
concreto las mujeres médicos, con jornadas de 24 horas ininterrumpidas,
necesitan una guardería de características especiales que contemple tanto la
dilatada permanencia en el centro como las nuevas características sociales de
familias monoparentales tanto iniciales como sobrevenidas.
También se ha perdido la oportunidad de valorar si, como a todas las
grandes ciudades, le ha llegado el momento de necesidad asistencial de que
existan en nuestra ciudad dos centros hospitalarios autosuficientes, pues sin
mayor rigor crítico se mantiene un único centro sanitario autosuficiente.