QUEREMOS MÉDICOS DE PLANTILLA Y NO SUSTITUTOS
Dr. Juan Benedito Alberola
Presidente del SIMAP (Sindicato de Médicos de Asistencia Pública)
Publicado en El Mundo el 13 de junio de 2007
Partiendo del principio fundamental de que en sanidad todas las categorías profesionales son necesarias pero que únicamente una es imprescindible (los médicos), y de que es falsa tanto la teoría como la práctica de que es posible una sanidad sin médicos (desafortunadamente diseñada e intentada poner en práctica, evidentemente sin éxito) es necesario exponer a la opinión pública unas consideraciones sobre la espúreamente catalogada como “falta de médicos sustitutos” para dar una adecuada asistencia a los ciudadanos.
La sanidad sin médicos sólo se aplica a la sanidad pública, y, además, los que la diseñaron cuando necesitan asistencia médica tienen mecanismos correctores para ser atendidos por médicos y no por otras categorías profesionales. Diagnosticar, pronosticar y tratar sobre todo farmacológicamente sólo lo puede hacer el médico. La consulta sólo es patrimonio del médico. Consulta en los diccionarios viene definido como “acción de examinar un médico a sus enfermos” y ésta es su acepción aceptada normalmente, como la definición de doctor es la de sinónimo de médico, independientemente de que una segunda acepción corresponda a determinado grado académico de cualquier profesión.
Desde siempre han existido periodos vacacionales, en verano y fuera de él, y cuando existía otro tipo de planificación (aunque sí que es cierto que con menor presión de demanda asistencial) sí era posible que la propia plantilla de médicos asumiera, al estar correctamente dimensionada, toda la demanda en esos periodos sin excesivo costo de estrés personal y con satisfacción del usuario.
Con el tiempo la planificación ha cambiado. La plantilla de médicos se ha quedado corta, ya que han aumentado tanto la población como las demandas de ésta, y dicha plantilla no ha crecido proporcionalmente. En cambio, si que ha crecido la plantilla del resto de categorías profesionales.
Desde siempre a los médicos no se nos ha sustituido en vacaciones. En los hospitales prácticamente nunca y en los centros de salud un 30% aproximadamente. En los programas vacacionales el resto de categorías profesionales tienen unos porcentajes de sustitución del 70-80%.
Ahora, se nos dice que no se encuentran sustitutos para médicos. Claro que siempre se habla de ese mínimo porcentaje que tradicionalmente se ha sustituido, y ni siquiera para ese porcentaje se encuentra. Se habla frívolamente de la figura del médico sustituto. Nuestra opinión es que esta figura no debe existir salvo para situaciones excepcionales no previsibles. Las plantillas de médicos han de ser las adecuadas para una relación médico-paciente satisfactoria para ambas partes durante todas las circunstancias ordinarias del año. Estas plantillas se han de dimensionar periódicamente todos los años. Y los puestos de trabajo ofertarse anualmente mediante concurso oposición con tribunales designados por sorteo. Hagámoslo así y veremos que así se encuentra médicos suficientes para un empleo fijo y que el médico sustituto sabrá que cada año tendrá oportunidad de acceder al sistema nacional de salud. De forma similar a como los aspirantes al profesorado saben que la situación de sustituto sólo se mantiene menos de un año, pues todos los años se efectúa un concurso oposición con miles de plazas y con tribunales por sorteo, precedido por un traslado también milenario en plazas.
Finalmente, si cada año el sistema MIR aporta 6.000 médicos especialistas al mercado y si existen miles de médicos especialistas españoles formados con el dinero del contribuyente trabajando en el extranjero concluiremos que no es necesario buscar médicos sustitutos extranjeros con la necesidad de homologar su título y acreditar el conocimiento del idioma, sino que lo que hay que hacer es ofrecer una oportunidad de empleo estable a todos los médicos que han efectuado el esfuerzo de 10-11 años de formación para llegar a ser especialistas dándoles plaza en expectativa de destino al acabar su formación MIR, a la que han accedido tras una oposición muy dura.