Comisión
Europea: Jornada laboral de 65 horas semanales. Argumentos económicos pretenden
eliminar derechos laborales consolidados de los médicos.
Entre las nuevas propuestas de la Comisión de Trabajo de la Unión Europea que tienen que ser aprobadas este mes de abril está la modificación de la directiva 2003/88 sobre ordenación del tiempo de trabajo. Los motivos que argumentan son puramente económicos y duele saber que nuestro país se encuentra a la cabeza de los que piden este cambio cuando poco o nada ha hecho en años para la correcta transposición de estas directivas. Y lo hace aún sabiendo que contradice importantes sentencias, sin posibilidad de recurso, emitidas por el Tribunal de Justicia de Luxemburgo, máximo tribunal Europeo: Asunto SIMAP en el año 2000 y el Asunto Jaeger en el 2003, que afirman que el tiempo de guardia es tiempo de trabajo en su totalidad, independientemente de lo que el médico esté realizando, ya que se encuentra en el lugar de trabajo y a disposición del empresario. La finalidad de esta marcha atrás en las mejoras laborales ya consolidadas es aumentar la jornada laboral obligatoria a los médicos y ahorrar puestos de trabajo. La jornada laboral obligatoria para los médicos es ya de 48 horas semanales. Tiene además la peculiaridad de que por encima de las 40 horas la remuneración horaria es la mitad pues la llaman “jornada complementaria” en lugar de considerarlas horas extraordinarias. Pretenden que la jornada laboral obligatoria sea de 65 horas semanales. Mucho más allá de las 48 horas que es lo que la directiva actual considera máximo para preservar la salud de los trabajadores y permitir la conciliación de la vida laboral y familiar. Y dar apoyo legal a jornadas laborales continuas de 31 horas al permitir exceptuar el descanso de 12 horas cada 24 de trabajo. La excusa para hacerlo, en contra de las sentencias mencionadas, inventar el término de “guardia inactiva”: no contabilizar como tiempo de trabajo en las guardias médicas el tiempo que pase el empleado en su puesto de trabajo “sin ejercer sus funciones” y que sería considerado como tiempo de descanso. El SIMAP (Sindicato de Médicos de Asistencia Pública) piensa que esta propuesta refleja, en el mejor de los supuestos, el profundo desconocimiento de sus defensores de lo que son las guardias médicas. Cuando el médico de guardia, después de 18 horas o más de un trabajo profundamente estresante, mientras espera la evolución de los enfermos que ha atendido y si se produce un momento de calma, le comenta al enfermero, - Voy a tumbarme un rato, avisadme cuando esté el resultado de la analítica y las radiografías pendientes y ante cualquier eventualidad; y se dirige molido a su camastro, se tumba, y le duele todo el cuerpo y al cerrar los ojos sólo consigue que su mente se ponga a revisar las actuaciones del día por si hay algo incorrecto; y por fin parece que le vence el cansancio y se duerme y suena el busca, el corazón se le acelera, se incorpora sin saber donde está, siente náuseas.- ¿Si? – Doctor, por favor el de la 35 tiene otra vez dolor en el pecho y no le encuentro la tensión. – Voy corriendo. Apenas ha pasado una hora desde que se acostó. Sinceramente, ¿alguien calificaría ese tiempo como descanso?
Realmente me pregunto si esta Europa es la Europa de todos o sólo la de unos pocos. No parece que sea una actuación correcta de la Comisión Europea proponer una nueva directiva, de un claro retroceso social y en contra de sentencias judiciales firmes. Hoy somos los médicos pero mañana puede ser cualquier otro trabajador. Y no podemos olvidar que nunca tendremos una sanidad pública de calidad, como prometen nuestros dirigentes, si se basa en ahorro en inversiones económicas a consta de la pura explotación de los que a ella se dedican.
Concha Ferrer Tuset
Médico Internista. Delegada del SIMAP ( Sindicato de Médicos de Asistencia Pública)