PLAN DE JUBILACIONES INCENTIVADAS VOLUNTARIAS
A
LOS 60 AÑOS PARA LA MEDICINA
Dr. D. Juan Benedito Alberola
Presidente del SIMAP (Sindicato de
Médicos de Asistencia Pública)
Publicado
en el Diario Médico el 9 de marzo de 2006
Nadie puede dudar que el trabajo cotidiano de los médicos implica riesgos
especiales y tensiones físicas o mentales importantes. Además, los cambios
científicos en la medicina suceden a tan gran velocidad que incluso sorprenden a
los propios médicos.
En pleno debate sobre la edad de jubilación de los médicos, desde el SIMAP
(Sindicato de Médicos de Asistencia Pública),
pensamos que la interpretación del artículo 26 (“Jubilación”) de la Ley
del Estatuto Marco no debe circunscribirse sólo al punto 2 que contempla la
posibilidad de articular como permanecer en activo más allá de los 65 años, sino
que el debate se debe ampliar al punto 4 que permite a las Comunidades Autónomas
establecer Planes de Ordenación de Recursos Humanos que permitan
prejubilaciones. Esta circunstancia no es
novedosa en la función pública, ya que el Ministerio de Educación
ya lo tiene establecido para el personal docente con motivo de la
problemática que ha supuesto la implantación de la LOGSE y el Ministerio de
Administraciones Públicas lo está negociando en la actualidad en el nuevo
Estatuto de la Función Pública para todos los funcionarios.
Estas jubilaciones a los 60 años
deben ser voluntarias e incentivadas. Voluntarias para quien lo solicite
cumpliendo los requisitos exigidos (edad de 60 años, al menos 15 años de
servicios prestados y estar en activo) e Incentivadas para compensar, al menos
hasta los 65 años, el deterioro del poder adquisitivo.
Los argumentos a favor de ello son inatacables y así citaremos. Uno sería que el
avance tecnológico en cuanto a informatización es necesariamente imparable, pero
será tal vez, para algunos, imposible de asumir. Sobre todo si como se pretende
el médico, además de su trabajo clínico, tiene que asumir al mismo tiempo, con
el mismo salario y sin ayuda de ningún personal auxiliar la faena de asumir de
la noche a la mañana la informatización de las consultas. Que por otra parte se
debe realizar con prudencia para no convertir la diádica relación médico-enfermo
en una relación médico-ordenador-paciente de mero carácter dual.
Otro sería que el avance médico está realizándose afortunadamente a una
velocidad vertiginosa. Los médicos hemos de estar rigurosamente actualizados
para efectuar nuestro trabajo según la lex artis ad hoc.
En un determinado momento se nos debe
permitir un respiro si lo solicitamos. La formación médica continua la efectúa
el médico habitualmente en sus horas de descanso fuera de la jornada laboral y,
además pagada de su propio pecunio.
Un tercer argumento es que las generaciones de médicos que hoy en día están con
una edad alrededor de 60 años, por razones históricas, se incorporaron muy
precozmente al mercado laboral y es habitual que lleven ya más de 30 años de
servicios prestados. Su cotización a la Seguridad Social ha sido
extraordinariamente solidaria con el sistema de pensiones. Muchos de nosotros
hemos cotizado simultáneamente a dos regímenes de pensiones y sólo obtendremos
una pensión. También todos hemos cotizado por una muy elevada base de cotización
que no se corresponderá con la pensión que percibiremos dado el solidario techo
máximo de pensión retributiva existente.
Por último la jornada laboral de los médicos ha sido de forma obligatoria la
jornada ordinaria (semejante al resto de los trabajadores de la sanidad) y,
además, la eufemísticamente llamada
jornada complementaria de atención continuada (“guardias”). Frente a las 1589
horas anuales de un trabajador no médico, el médico ha realizado 2294 horas
anuales (1589 horas ordinarias más 705 horas de guardias), y eso cuando se ha
respetado este límite, pues por necesidades del servicio se han obligado incluso
a hacer más horas. Por eso 30 años de trabajo médico equivalen a 43 años de
trabajo de otra categoría profesional.
En definitiva, queremos que se
articule un Plan de Jubilaciones Incentivadas Voluntarias a los 60 años para la
Medicina, pues tenemos más argumentos que otros colectivos profesionales y no
debemos ser tratados de forma especial, sino de forma igual.
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