Jesús Mª Gil Pinilla Delegado Sindical de SIMAP (Sindicato de Médicos de Asistencia Pública).
El Levante 4.03.04
En Urgencias del Hospital Dr. Peset existe un problema grave que afecta a los pacientes en primer lugar y a los profesionales que intentan realizar su trabajo lo mejor posible. Los pacientes que van a ser ingresados, permanecen en el área de urgencia, luego veremos en que condiciones, entre doce y dieciocho horas, pero si la orden de ingreso se firma por el facultativo correspondiente a partir de las 17-18 horas no ingresará hasta la tarde del día siguiente, es decir tardan más de 24 horas en ser ingresados. Los pacientes que van a ser ingresados se colocan en la UPI (Unidad de Preingreso)., que es una sala con capacidad para 13 personas donde se mezclan hombres y mujeres, sin separación entre camas, sin poder ver a sus familiares más que a las horas de las comidas, y sin poder ir al aseo. Una vez que esta sala está completa, los pacientes se colocan en los pasillos. Para atender a los pacientes de la UPI se dispone de una enfermera y de un auxiliar, en el caso de que utilicen dos pasillos se detrae una enfermera para cada pasillo, esto supone que tres enfermeras dejan de trabajar en el área de urgencias y se paraliza prácticamente la actividad de la unidad de urgencias. Habitualmente no se refuerza con personal de enfermería cuando se dan estas situaciones, algo que ya es habitual. La dirección del Hospital no tiene flexibilidad para ingresar en un tiempo razonable a los pacientes para que no permanezcan en estas condiciones inhumanas en los pasillos de urgencias.
Solamente se dispone de una sala para pacientes críticos, con lo cual si viene dos a la vez, la situación es muy comprometida.
El box de observación tiene capacidad para 12 pacientes, pero se colocan allí hasta 20 pacientes, las camas están una al lado de otra sin separación física, con lo cual a la hora de explorar o de practicar alguna prueba complementaria como puede ser un electrocardiograma, una punción lumbar, un tacto rectal, etc), estas se realizan violando sistemáticamente la intimidad y privacidad de los pacientes. No existen parabanes, y las cortinas que en su día se instalaron, están rotas por el uso y no se han repuesto.
Los pacientes psiquiátricos están en la sala de urgencias generales, no existe ninguna sala para atender adecuadamente a estos pacientes, con características especiales, y si como ocurre en ocasiones se trata de un paciente que debe ser contenido (atado con correas a la cama) para que no se lesione o lesione a otras personas, esta maniobra tan desagradable es contemplada por el resto de pacientes allí ingresados. Cuando se creó la urgencia psiquiátrica en este Hospital, no se dotó de un área específica para la atención de estos pacientes.
La presencia de un paciente con alguna enfermedad infecto-contagiosa por via aerea es un grave problema, al no existir posibilidad de aislamiento. De esta forma hasta que se dispone de una cama, pasan horas en las que este tipo de pacientes generan un riesgo para otros pacientes y los trabajadores de urgencias.
El fallecimiento de un paciente dentro del área de urgencias, sucede habitualmente delante del resto de pacientes, por no disponer de ninguna sala para que tan dolorosa situación sea atendida en condiciones dignas.
La sala de espera de familiares es común para adultos y pediatría, es decir los niños esperan junto con sus padres y con los familiares de adultos ingresados o en espera de ser ingresados, con lo que la sala ya de por si pequeña se masifica.
En el Hospital Dr. Peset se atendían en 1996, una media diaria de 296 urgencias, en 2003 esta cifra es de 425.
La plantilla de médicos adjuntos de urgencias era de catorce, hasta 1996 en que se creó la Unidad de Hospitalización a Domicilio (UHD) y la Unidad Médica de Corta Estancia (UMCE), destinándose cuatro médicos a estas unidades. Desde este año no se ha aumentado la plantilla, aunque la frecuentación a aumentado un 35%. Se han utilizado los Médicos Internos Residentes (MIR) como mano de obra barata y “en vez del personal de plantilla”, y no “además de “ como sería lo deseable, pero es que actualmente el numero de MIR es menor, al limitarse el número máximo de guardias a cinco al mes como aplicación de la Sentencia de Luxemburgo del asunto SIMAP.
No se ha tenido en cuenta el aumento demográfico, ni tampoco las nuevas prestaciones que se han incorporado al hospital, como es el caso de la Atención Psiquiátrica de Urgencia, o de la Hemodinámica, que hace que pacientes que antes no podían acudir por que no existía esta prestación ahora si que asisten.
Existe un plan de remodelación arquitectónica de las urgencias, que está paralizando una solución más adecuada, pero ese plan, no es más que un proyecto sin fecha y sin presupuesto. Mientras tanto está ocurriendo en el día a día esta situación lamentable, que me parece poco tiene que ver con la Humanización de la Asistencia que se pregona, más que se aplica.